miércoles, 16 de mayo de 2007

CALI, ¿SUCIA Y OPACA?

No hay nada más agradable que poder caminar por las calles de alguna ciudad y admirar su belleza; sus hermosos parques, sus cielos limpios, sus cuidadas calles y su bella gente. Y que mas ciudad que Cali, a la cual se le han dedicado decenas de canciones y se la ha declarado como la sucursal del cielo. Sin embargo, ese cielo realmente se ha nublado, hasta el punto de opacar la ciudad de la más preocupante manera, dejando de oler a “caña, tabaco y brea” para pasar a transmitir un gran malestar a través de su aroma. Se trata de sus basuras. Es normal para una pequeña metrópoli arrojar gran cantidad de desechos diariamente, y de igual manera deberían ser grandes las labores para poder tratarlos y ubicarlos adecuadamente para que no afecten la ciudad, lo cual debería ser una labor primordial de cada día. Por otro lado, parece que este deber se ha ido desvalorizando hasta el punto en que llegó a ser olvidado, y no fue hasta que se empezaron a ver las consecuencias que trajo que realmente se pensó que ya era bastante lejos lo que se había dejado atrás y demasiado grande el problema que se tenía por delante. Hoy en día no se tienen soluciones muy claras acerca de qué pasará con toda la basura de los caleños, y muchos no hacen más que lavarse las manos echándole la culpa a alguien más. Por otro lado, como comunidad, esta es una situación que nos involucra a todos, porque todos la estamos sufriendo y todos, de alguna manera, jugamos un importante papel para evitar su engrandecimiento.

El problema de las basuras caleñas no es una noticia reciente. Es una situación que se ha venido observando desde hace ya más de una década, pero que realmente no ha sido hasta hace pocos años que se ha sentido su fuerte impacto. Existen diversas causas que contribuyen a empeorarlo, aunque, sin duda, la más grave ha sido la forma en que se ha manejado la destinación de todos los desechos diarios de la ciudad, aproximadamente unas 1800 toneladas, que realmente no tienen un lugar seguro y adecuado para su deposición. No existe en la ciudad un relleno sanitario apropiado para llevar a cabo esta labor, debido a que el ciclo de vida del famoso basuro de Navarro ya ha finalizado, que tras haber sido el encargado de guardar los desechos de la ciudad por mas de treinta años, no soportó mas la carga de aguantar una tonelada más de basura. Lo mas curioso de todo es que este deposito de basuras realmente no fue creado con la tecnificación adecuada para servir como tal, es decir, fue pensado como un depósito por ser un espacio adecuado como un botadero a cielo abierto, pero no fue hasta que empezó a crecer que se le empezó a poner atención a su mejor cuidado y tratamiento. Pienso que la ciudad de Cali ha sido un proyecto que no ha sido claramente delimitado desde un principio, y aunque no me consta realmente, siendo ciudadano nacido en otra ciudad, puedo observar queso crecimiento y desarrollo no ha sido bien cimentado. El tema del tratamiento de las basuras es primordial para el establecimiento de una comunidad, no solo por un sentido de estética superficial sino también por aspectos de salud y de buena convivencia con la naturaleza. Para mí es muy difícil asimilar que, después de haber clausurado el depósito sanitario antiguo de la ciudad, todavía no se haya definido un nuevo sitio apropiado para la destinación de la basura, que no deja de salir de los hogares y establecimientos caleños a diario. Es más preocupante aún saber que, como no se ha definido un lugar apropiado todavía, se haya improvisado un nuevo botadero cerca del cerro de Navarro, donde todo tipo de desechos están siendo arrojados sin ningún tipo de tratamiento. Este podría representar, en un futuro, un problema aún más grave que el que se enfrente hoy en día, que por cierto, no tiene solución definitiva.

Por otro lado, ya se han venido adelantando discusiones acerca de la ubicación oficial de un terreno apropiado para la construcción del nuevo basurero municipal. En la “Carta abierta a la comunidad sobre el lote para el relleno sanitario de Santiago de Cali” realizada por el alcalde Apolinar Salcedo Caicedo el 2 de Abril de 2007 se discute acerca de los posibles sitios donde se ubicaría el nuevo relleno. Se debe pensar entonces en diferentes aspectos. El nuevo sitio deberá estar ubicado dentro de los limites de la ciudad o, por lo menos, cerca de ella, ya que si se realiza en un lugar lejano, como en el caso de otro municipio, que era una de las opciones mas adecuadas, se tendrían que aumentar los costos para el usuario debido al incremento de tarifas generadas por el servicio de transporte a un lugar parcialmente retirado de la ciudad. Por otra parte se debe pensar en el beneficio de los ciudadanos, es decir, que el nuevo depósito de basuras no afecte a la población cercana ni a su medio natural, siendo este el aspecto más importante. En la opinión de la alcaldía, la nueva ubicación debería ser definida en el sur de la ciudad, ya que los terrenos más propicios para dicho fin son los corregimientos de El Hormiguero y el de Pance. No obstante, la comunidad no ha dejado de quejarse frente a esta situación, exponiendo que este es un sector recreativo y educativo y que por lo tanto no debería ser tocado. Además, no se trata únicamente de un lugar donde van las familias a pasar sus fines de semana, ni los estudiantes a estudiar cerca de ahí, sino que existen aquí muchos recursos hídricos que debemos proteger. Obviamente, a nadie le gustaría la idea de tener un basureo cerca de su casa. De todas maneras, esta parte de la ciudad es la más apropiada, y pienso que, si se va a construir un sitio con los debidos reglamentos y cuidados para evitar fuertes grados de contaminación, sería muy adecuado proseguir con su construcción, pensando en el bienestar de toda la ciudad.

Lo más importante en esta situación, es pensar en que los desechos finalmente sean tratados de una manera adecuada, con los debidos requerimientos que necesiten, para evitar algún tipo de emergencia con respecto a la salud de las personas. Con respecto a este tema, encontré un caso impresionante que se dio a partir del descuido general del antiguo basuro de Navarro, en el artículo “Cali vive una emergencia sanitaria por las toneladas de basura que inundan sus calles” de la Revista Semana, escrito por Fabio Posada el 26 de Enero de 2007, donde se cuenta que “en un lapso de dos meses, diciembre de 2004 y enero de 2005, nacieron en la capital vallecaucana varios niños con el síndrome de Sirenas y Cíclopes (Rara malformación congénita que se caracteriza por la fusión de los miembros inferiores y la aparición de un solo ojo en el centro de la frente, que son incompatibles con la vida)”. Esto, sin embargo, todavía es materia de investigación, pero realmente se adjudica a los lixiviados que se alcanzan a filtrar por los senderos del relleno, los cuales no han sido bien manejados, y alcanzan las aguas de algunos ríos cercanos, como es el caso del Río Cauca, del cual se abasten miles de caleños. Realmente son directamente afectados solo aquellos que viven cerca de las orillas del río, donde todavía no alcanzan a ser bien tratadas las aguas del río, aunque, de cualquier manera, son personas que viven una fuerte situación de vulnerabilidad gracias a un grado de ignorancia por parte de las autoridades encargadas del tratamiento de las basuras.

Otro aspecto muy importante acerca del cual se debe hablar es la situación con respecto a las empresas de recolección de basuras. Tras el fracaso de la empresa EMSIRVA S.A. como entidad pública, debido a su falta de equipos y carros recolectores, se ha venido implementando en la ciudad todo un nuevo tipo de servicio privado que ha atendido muchos de los sectores de la ciudad. Sin embargo, no ha sido muy viable para muchos sectores, y que este tipo de atención conlleva a un aumento de costos, aunque es importante saber que muchos sectores están siendo atendidos, ya sea por camiones recolectores o personal de las empresas de aseo de la ciudad. Aunque no toda la ciudad ha sido atendida. Hay sectores de la ciudad que hace mucho tiempo no ven un carro de este tipo pasar por sus calles. Lo que si ven son viejas volquetas en muy mal estado recoger sus basuras, las cuales, por su fatal condición, a veces hasta terminan regando las basuras en su recorrido y terminan perjudicando más sectores de la población. Realmente pienso que si alguna empresa va a realizar algún tipo de esfuerzo, este debe ser uno muy bueno, que no sólo se guíe por esquemas de obligación, sino también por responsabilidad y respeto por la ciudad; no solo hacerlo por quedar bien, sino por hacer un bien.

Es también importante analizar el papel que juegan los ciudadanos en todo esto, ya que realmente no se trata solamente de culpar a quienes recojan mal la basura, sino a quienes la arrojan incorrectamente. Es increíble saber que hay personas que disfrutan sacar su basura y dejarla en cualquier esquina, como si de hecho fuera agradable ver este tipo de paisajes. Peor es el caso de algunas estaciones del MIO que ya han sido finalizadas, que sin siquiera haber cumplido una semana de terminadas, ya estaban sucias. Pude ver también casos cerca de mi unidad residencial en las que el separador de calles estaba lleno de bolsas de basura, tal vez porque los depósitos individuales de cada bloque ya estaban repletos; pero, de la misma manera, a la siguiente semana note a unos recicladotes recogiendo todas las bolsas, volviendo a dejar la calle 15 con carrera 65 limpia como antes. Existen otros sectores de la ciudad, como la carrera 15 con calle15, que realmente esta llena de escombros de antiguas construcciones y materiales abandonados, o el separador de la calle 23 con carrera 17, donde se aglomeran objetos como mubles o colchones viejos y se dejan ahí, como si nada hubiera pasado. Podemos también hacer referencia a la realización de eventos, como la Feria de Cali, en la que la gente simplemente por pereza no arroja su basura en el lugar correcto, porque hay demasiada gente en el camino o porque simplemente no les interesa. En el pensamiento general de los habitantes caleños se encuentra la idea de que alguien más debe hacerlo por ellos, porque no es su responsabilidad y porque hay a quienes se les está pagando por realizar dicha labor; no es un buen punto pensar que entre mas basura arrojemos, mas empleo generaremos. Realmente, ¿Será que la solución para la situación de la basura nuestra de cada día es limpiar más o ensuciar menos?

Las basuras parecen crecer de las calles en nuestra ciudad, como verdadero fruto del descuido de todos los que hacen parte de la rama de responsabilidades frente a la limpieza de su entorno. El ciclo comienza desde el momento en que sacamos la basura, hasta que esta es recogida y llevada para ser tratada en un sitio adecuado, y hacen parte de su proceso los ciudadanos, los trabajadores encargados de manejarla y las autoridades encargadas de adelantar campañas de limpieza y garantizar un adecuado sistema de servicio para la ciudad. No basta con culpar a una autoridad, porque es difícil para esta trabajar en una atmósfera donde sus habitantes no quieren progresar, aunque tampoco se puede avanzar en un lugar donde ni siquiera las autoridades le dan prioridad a un problema de esta magnitud. Como ciudadanos, debemos aportar nuestra ayuda, que aunque es mínima, es demasiado importante para poder tener a nuestra Cali limpia y bonita.